miércoles, 1 de febrero de 2012

soy lo que yo creo de mi...

Hace algunos meses que hice mi segundo intento por describirme y ella dijo que mi modestia hacía verme triste. Resulta sorprendentemente gratifícate extraerte para reflexionar sobre ti mismo, que aunque es difícil, esclareces al final todo aquello que eres y comienza la fina y ardua tarea de existirte.

Por mi parte mi nombre no importa, mas allá de que llevo el de mi mamá y el que mi hermano quiso ponerme por gusto a una niña. He vivido siempre en una misma ciudad y he viajado y experimentado otros espacios también. Me encuentro en ojos chicos cafés, cabello castaño, piernas delgadas y un cuerpo pequño, “Multum in parvo”. Soy la infancia más feliz y consentida que cualquiera pueda imaginarse, muñecas, nieves de fresa y rodillas heridas, que es un ir y venir en gustos: odiaba el pastel, las faldas, bailar, el amor, pegarle a la piñata, saludar a las personas y ahora en un giro todo eso me complementa. Soy también una adolescente ñoña y aplicada, conocí a un presidente y a maestros que me guiaron a lo que soy.

Soy todo aquello que he vivido y que he ido recolectando con el tiempo. La ternura de mi mamá y el mar carácter de mi papá desembocan en mi. Soy oídos, percepciones, reflexiva y buena cocinera. Soy impulsiva, mitad expontánea, mitad feminista y temo más a la soledad que a las agujas.

Mis vivencias a los once años endurecieron mi rostro pero generalmente estoy de buen humor, aunque refleje lo contrario. Amo reír y tengo un ligero rechazo a los comentaros buenos sobre mi persona, que es un poco de desconfianza y un poco de individualidad. No temo decir lo que pienso, soy hogareña, soy mi familia, dos marcas permanentes en mi piel, soy la colección de libros en mi librero y una caja entera de recuerdos; amo con espléndida facilidad a las personas y he aprendido a poner mi bienestar por encima de lo exterior a mi. Poseo a mis persónas favoritas que me guían a diario

A mis cortos años he tomado dos decisiones cruciales en mi vida: entrar a la licenciatura en historia y dejar volar una mariposa, que son las que me remiten a un presente feliz, apasionante y con mucha paz.. No soy lo que otros alcancen a percibir de mi, por que en el espacio el espíritu se desgasta y se pierde, soy lo que yo creo de mi.

Soy todo lo que viví pero también lo que busco diariamente ser y experimentar.

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