jueves, 20 de octubre de 2011

"Los que se quedan"

“Irse es rendirse, quedarse es darse,

irse es por corazonada, quedarse es por corazón..

te aviso que me quedo” P.L.


Hablar de migración es como hablar de amor o de muerte, es un tema que armoniza con todo y que decepcionantemente no tiene fin. Los peligros, las alegrías, los asesinatos y los encuentros pueden resumirse en simples cifras y porcientos anuales, pero dicho así nuestra mente nunca alcanza a llegar al verdadero centro de la realidad, a la parte humana de los números presentadas por las instituciones.

“Los que se quedan” un documental de Juan Carlos Rulfo y Carlos Hagerman, surge de esta necesidad, de un México que necesita conocerse, del deseo de compartir un retrato intimo del contexto actual, de conectarnos y concientizarnos a esta identidad que nos define.

Los directores, acertadamente, van más allá de exponer la migración como una problemática, mas bien la presentan como una forma de vida, una situación que es inherente a la cotidianidad. Todo mexicano tiene un amigo o un familiar que se estableció de manera ilegal en Estados Unidos, que lo intentó o que tiene planes de hacerlo; todos desean contar sus experiencias, materia difícil, pero dentro de toda esta gama de familias, Rulfo y Hegerman eligen núcleos representativos de esa totalidad para explicarla.

Por un lado los niños en un salón de clases que visualizan en Estados Unidos la estabilidad económica y dejan fluir su diminuta ambición, detenida apenas por un arraigo a su tierra. Una mamá con sus hijos, que si bien no viven en condiciones extremas de pobreza, carecen de muchas cosas y esperan luz verde para ir a reencontrarse con el padre y reiniciar una vida del otro lado de la frontera. Una familia clase media en la que el padre espera unos meses para irse a trabajar, pues su falta de estudio, le imposibilita tener un trabajo con el que pueda mantener un nivel estable de vida. Un padre que cruzó para dar oportunidad de estudio a sus hijas, pero que después de algunos años, el amor y la necesidad lo regresan a su familia. Los hijos que se van y regresan y aquellos que tienen en Mexico una casa recién construida que espera ser habitada. Tambien está aquel señor que no pudo cruzar y dice “los que se quedan no tienen nada” , al mismo tiempo que critica a todos aquellos que se bañan de la cultura norteamericana y a medio camino se avergüenzan de su tierra.

A pesar de ser un documental financiado por una institución, el discurso no està determinado por ella. De una manera “light” se deja ver el origen de la problemática: la falta de empleo en nuestro país, una situación que nos arrastra a todos; de una manera leve se expone también los peligros que representa irse y quedarse, muertes, asesinatos, violaciones; ningún lugar es seguro para vivir, pero cierto es que buscaremos establecernos rodeado de aquello que nos defina y nos identifique, ya sea nuestra familia o nuestra tierra.

Es fácil visualizar en los actores a un primo, un amigo, un hermano que vive la misma situación, son ello los que llegan y te inundan el pecho y remueven los sentimientos reprimidos, las emociones que no se sienten con los porcentajes del periódico y la televisión.

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