
Cuarenta y tres años han pasado desde la matanza brutal de estudiantes en Tlatelolco y octubre con octubre México experimenta una indignación y un repudio hacia el gobierno, pero solo por un corto tiempo, pues al momento olvidamos que esa libertad de expresión sigue opacada por cuerpo político individualista. ¿Dónde dejamos entonces la justicia para los miles de detenidos y asesinados?, ¿Dónde queda la permanencia de la lucha por nuestros derechos?.
Si bien, sólo recordamos el acontecimiento cuando vemos que más se acerca el 2 de octubre- tal como éste pequeño párrafo lo hace- el contexto actual nos remite –disculpe usted- ni mas ni menos que a la repetición de la historia. ¿no lo cree?, solo hace falta voltear los ojos a los juegos Olímpicos próximos a celebrarse en Londres y los jóvenes en pleno alboroto, a las manifestaciones en Chile, Colombia, Haití, España, Xalapa, Michoacán, Yucatán, Baja California, Ciudad de México, etc. Ya sea por la defensa de derechos de estudiante, libertad de expresión, cuotas, tarifas, los jóvenes como dicen por ahí “ya traen prendida la mecha”. Y si siente usted que 43 años bastan para sentirse desprendido de tal acontecimiento, basta con revivirlo sólo prendiendo la televisión o poniendo tres palabras sencillas en su buscador de internet.
Cada vez se siente más, se vive más cerca, tanto así que jóvenes y no tan jóvenes sentimos un apego a la lucha y no por solidaridad, sino por bendito instinto. Los gobiernos como auténticos represores, siguen tercos, pero el estudiante como fiel revolucionario seguirá la lucha sepa usted hasta cuando.
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