sábado, 9 de junio de 2012
De quimeras
domingo, 18 de marzo de 2012
Auxocromo por ti

sábado, 10 de marzo de 2012
Charla de café: el valor de la letra

miércoles, 7 de marzo de 2012
Que el feminismo termine en esta vida...

sábado, 18 de febrero de 2012
¡AY SUS HIJOS!

Cuando pasas por mi calle,Llorona
Las piedras que vas pisando
Al drede las voy volteando,Llorona
Pa`que no las pise nadie...
(…)Te quiero porque me gusta,Llorona
Y porque me da la gana
Te quiero porque me sale,Llorona
De las entrañas del alma.
LA LLORONA- OSCAR CHAVEZ
La semana pasada mientras tomábamos un sabroso café nocturno escuché repentinamente de su boca: “Dicen que por aquí pasa la llorona”- me lo dijo con toda esa seguridad… ¿Cómo podría yo dudar de las palabras de mi madre? , pero en esta ocasión no hice mas que reirme y decirle “loca”, en parte porque su comentario contrastaba con nuestra charla y porque faltaba 1 hora para la media noche; asi es como trabaja el subconsciente, dices “no, no” y después comienzas a convencerte a ti mismo…
Yo no sé cual es el grado de omnipresencia de ésta fémina, tanto tanto, que recorre la totalidad de las calles de las ciudades y pueblos mexicanos. Mis encuentros con La llorona han sido en cada pueblo a donde voy, en cada rio, lago o regadera, incluso a mis ocho años recuerdo haberle temido al punto que me bañaba con la puerta abierta, y mientras hacía mis cantos-bailes habituales todos podían presenciarlo, el temor superaba por mucho a la vergüenza.
Todos poseemos nuestra propia llorona: la indígena que llora por su pueblo antes de la llegada de los españoles, la viuda que ahoga a sus hijos, la que llora por sus huérfanos, la que se quedó vestida y alborotada para su boda, la que fue infiel, la del rio, la del lago, sin o con cadenas, pelo largo negro y un vestido de novia blanquísimo y enteramente distinguible a la luz de la luna… todas las lloronas son verdad.
Mira que la llorona aparece en varios relatos de sacerdotes en los primeros años de la conquista de México, fue un invento, un terrorífico control mental de la iglesia para mantener a la población guardada en sus casas después del toque de queda y evitar así una posible movilización contra los españoles. Y asi comienza la llorona a rondar por las calles empedradas, y su voz atraviesa desde entonces las gruesas paredes de adobe.
Pero, esta cara descarnada no se le teme, mi llorona habita en el corazón de México, es la muerte que nos atrae, aquella de la que nos reimos, nos causa fascinación e intriga saberla en nuestra calle de madrugada, arrastrando cadenas …¡Ay mis hijos! Mientras tú te cubres con la sábana. porque ahí sí, si la ves: o te mueres o quedas loco. Y yo? Loca por verla.
miércoles, 1 de febrero de 2012
soy lo que yo creo de mi...

Hace algunos meses que hice mi segundo intento por describirme y ella dijo que mi modestia hacía verme triste. Resulta sorprendentemente gratifícate extraerte para reflexionar sobre ti mismo, que aunque es difícil, esclareces al final todo aquello que eres y comienza la fina y ardua tarea de existirte.
Por mi parte mi nombre no importa, mas allá de que llevo el de mi mamá y el que mi hermano quiso ponerme por gusto a una niña. He vivido siempre en una misma ciudad y he viajado y experimentado otros espacios también. Me encuentro en ojos chicos cafés, cabello castaño, piernas delgadas y un cuerpo pequño, “Multum in parvo”. Soy la infancia más feliz y consentida que cualquiera pueda imaginarse, muñecas, nieves de fresa y rodillas heridas, que es un ir y venir en gustos: odiaba el pastel, las faldas, bailar, el amor, pegarle a la piñata, saludar a las personas y ahora en un giro todo eso me complementa. Soy también una adolescente ñoña y aplicada, conocí a un presidente y a maestros que me guiaron a lo que soy.
Soy todo aquello que he vivido y que he ido recolectando con el tiempo. La ternura de mi mamá y el mar carácter de mi papá desembocan en mi. Soy oídos, percepciones, reflexiva y buena cocinera. Soy impulsiva, mitad expontánea, mitad feminista y temo más a la soledad que a las agujas.
Mis vivencias a los once años endurecieron mi rostro pero generalmente estoy de buen humor, aunque refleje lo contrario. Amo reír y tengo un ligero rechazo a los comentaros buenos sobre mi persona, que es un poco de desconfianza y un poco de individualidad. No temo decir lo que pienso, soy hogareña, soy mi familia, dos marcas permanentes en mi piel, soy la colección de libros en mi librero y una caja entera de recuerdos; amo con espléndida facilidad a las personas y he aprendido a poner mi bienestar por encima de lo exterior a mi. Poseo a mis persónas favoritas que me guían a diario
A mis cortos años he tomado dos decisiones cruciales en mi vida: entrar a la licenciatura en historia y dejar volar una mariposa, que son las que me remiten a un presente feliz, apasionante y con mucha paz.. No soy lo que otros alcancen a percibir de mi, por que en el espacio el espíritu se desgasta y se pierde, soy lo que yo creo de mi.
Soy todo lo que viví pero también lo que busco diariamente ser y experimentar.